Entender cómo funciona nuestra mente siempre ha llamado mi atención. Por eso decidí especializarme en neurociencia cuando terminé de estudiar la carrera y acabé haciendo un doctorado. 

Creo que lo del doctorado está un poco sobrevalorado… Realmente, solo fueron unos fantásticos y a la vez eternos y tediosos años de prueba error, de pedir becas, de pensar que sí y luego que no, de alegrías y tristezas… Unos años en los que tuve la suerte de trabajar en uno de los más grandes laboratorios de neurociencia en España, de la mano de Javier DeFelipe, quien muchos consideran que ha tomado el relevo de Ramón y Cajal en el estudio de los circuitos que controlan nuestro cuerpo. 

Y aunque aprendí mucho sobre el cerebro, las neuronas y el cableado que llevamos dentro, tampoco aprendí tanto sobre mí ni sobre los porqués de los problemas que sufrimos tantas personas a causa de nuestras propias mentes. 

A eso me he acercado más a través de la meditación y el estudio que he continuado haciendo después. 

Ahora bien, tener una base sólida sobre qué hay por debajo de todo eso que nos pasa, ayuda bastante. 

Creo y confío en el conocimiento adquirido gracias al método científico, y es por ello que es una herramienta más aquí, en Un paseo por el bosque.