Empieza por el principio

Parece evidente, ¿no? 

Que para empezar algo, hay que hacerlo por el principio. 

Luego se avanza. Y, según de qué se trate, o se termina o se continúa toda la vida recorriendo ese camino que un día se inició. Ese primer paso, el primero, siempre cuesta. 

Empezar es difícil. 

Porque empezar supone un cambio. Y cambiar no es nada fácil. Yo llevo “empezando” a escribir este blog y a darle forma a esta web casi 4 años. Hace unos meses me avergonzaba, ahora asumo que es el tiempo que he necesitado para empezar. Pero si estás leyendo estas líneas es que por fin lo he hecho. 

Frases como “no tengo tiempo”, “cuando tenga que llegar, llegará”, “estoy metida en demasiado”, “cuando acabe con esto empiezo”… han ocupado mi mente durante todo este tiempo, impidiéndome arrancar. 

"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas." Séneca.

¿Has oído hablar del concepto “parálisis por análisis”? 

Es un fenómeno que sucede cuando, ante la idea o motivación de emprender una acción nos vemos bloqueados por el exceso de pensamientos en torno a dicha idea. Es lo que ocurre cuando queremos hacer algo y nos ponemos a teorizar en lugar de actuar. Leer sobre el tema, estudiar, ver vídeos, soñar con ello… pero a la hora de la verdad, no somos capaces de encontrar el momento de empezar. 

Y yo creo que es algo que se extiende a muchos ámbitos de nuestras vidas: salud, hábitos, trabajo, relaciones. 

A mí me ocurre mucho. Por ejemplo, no puedo contar el número de veces que me habré estructurado el menú de la semana. Con sus macros, sus micros, sus vitaminas, sus nosequés… Y luego, ¿qué? Pues luego nada. No sigo ese menú. 

Pero sencillamente porque ni empiezo. Podría poner mil ejemplos más, pero creo que si te ha ocurrido alguna vez, ya sabes de lo que hablo. Y si no te ha ocurrido, esa suerte que tienes 🙂 

Como decía, empezar es difícil. Porque requiere un cambio. 

Y es mucho más fácil pensar en cambiar que cambiar.

Supongo que lo que pretendo transmitir con todo eso es, que sea lo que sea lo que te propones, empieza

Echa a rodar y ya irás perfeccionándolo más adelante. 

Atrévete, equivócate, aprende, mejora, vuelve a equivocarte y crece en el proceso. Ya sea un libro, un proyecto, una meta profesional, un nuevo deporte, un nuevo hábito… 

Está claro que si no empiezas, no lo vas a conseguir. Y empieces por donde empieces, ese será el principio. 

Ese será tu principio.

En el mundo del yoga -por hablar de mi libro-, cuesta mucho empezar. Creo que hay un enorme bloqueo por un montón de creencias limitantes (pensamientos que nos decimos y que nos limitan) como: 

  • Es que no soy flexible… 
  • Es que eso de meditar… 
  • Es que a mí lo de descalzarme… 
  • Es que es muy difícil… 
  • Es que no entiendo las palabras que dice la profesora… 

Y es que, el yoga no es para todo el mundo. 

Sé que muchos dicen que lo es. 

Pero, personalmente, opino que no. Al menos, no en este momento. 

Porque no todo el mundo tiene por qué estar dispuesto a dar aquello que hace falta para empezar algo como el yoga en este momento. Y quien dice yoga, dice meditación, dice entrenamiento o dice bailes de salón. 

Así que, resumiendo, este artículo es solo para decirte que, si llevas tiempo con algo rondándote la cabeza, quizás sea un buen momento para darte la oportunidad de probar, empezar, y ver si realmente te merece la pena crear un nuevo hábito 🙂

 

Porque un poco es mejor que nada, y son los pequeños pasos los que nos acercan a los grandes hábitos.

Gracias por leer.

Mamen

 

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